
Jess Zimbabwe y el Centro Rose: mejorar el liderazgo urbano para mejorar las ciudades
Creado el 29.11.2018
Crecer en una ciudad en declive
Zimbabwe creció en Flint, Michigan. Esta ciudad fue en su época el motor del sector de la automoción en los Estados Unidos, para después sumirse en un largo declive tras su desindustrialización, lo que supuso la pérdida de la mitad de su población. Michael Moore, originario de Flint, dirigió su primer documental en torno a la ciudad, el galardonado “Roger & Me”.
Durante el tiempo que Zimbabwe pasó en Flint se interesó por “la manera en la que la gente se reúne para dar forma al entorno construido”. En un primer momento pensó en estudiar arquitectura, pero descubrió que “la práctica tradicional de la arquitectura, en la que los arquitectos son contratados por un cliente que ya ha tomado un montón de decisiones sobre lo que se va a construir” no satisfacía totalmente su curiosidad sobre cómo crear ciudades mejores.
La política de la vida en comunidad
Para unir con más claridad su interés en los edificios y las personas, Zimbabwe también estudió planificación urbanística. Después, y “en parte por estos intereses relacionados, me interesé en la política que decide qué se construye y qué no”.
No se trataba simplemente de curiosidad académica. Zimbabwe creció en una ciudad en la que había ejemplos claros y constantes de “qué era justo o injusto para la gente”. “Me interesé en esta cuestión y en cómo podemos construir mejor para los demás”.

Crear un espacio de aprendizaje dedicado para los líderes de las ciudades
Su interés en la política de la construcción de ciudades mejores llevó los pasos de Zimbabwe hasta Washington, DC, donde acudió para trabajar en el Urban Land Institute (ULI), una organización sin ánimo de lucro, en el desarrollo de un nuevo programa, el Centro Rose de liderazgo público.
El Centro recibe su nombre en honor a su fundador Daniel Rose, un exitoso desarrollador inmobiliario que percibió que la complejidad del uso de suelo urbano y la planificación del desarrollo urbano hacía que la colaboración entre los sectores público y privado fuera difícil. Su idea era “crear un espacio para fomentar relaciones más estrechas y conversaciones reales en torno a un futuro mejor y compartido para las ciudades”.
El Centro Rose de liderazgo público
En 2014, la familia Rose y el ULI sellaron una alianza estratégica con la Liga Nacional de Ciudades (NLC) para llevar sus amplios conocimientos en gobierno y liderazgo locales a los programas del Centro Rose.
El objetivo del Centro Rose es “agilizar la curva de aprendizaje en las comunidades” al “estudiar las condiciones que se están dando en el ámbito de trabajo y ayudar a los líderes de las ciudades a descansar de sus quehaceres diarios y aprender prácticas recomendadas, qué medidas parecen funcionar y qué están intentando hacer otras ciudades”.
Zimbabwe afirma que “las ciudades tienen muy pocas oportunidades de aprender unas de otras, y la gestión de una ciudad es una labor muy complicada. Como dirigente de una ciudad, el día suele conllevar tener que gestionar un montón de asuntos y sólo poder dedicar a cada uno de ellos un tiempo que va de los 10 a los 20 minutos”.



Reforzar las relaciones y acabar con las barreras
Promover una mejora del liderazgo para mejorar el uso del suelo urbano es la piedra angular del trabajo que desarrolla el Centro Rose. Su programa de colaboración reúne a dirigentes del sector público de cuatro ciudades para elaborar “un programa de un año de duración de desarrollo del liderazgo y aprendizaje de los expertos del sector privado”.
“Los reunimos y les ofrecemos ayuda técnica acerca de un problema de uso de tierra que genera dificultades, pero lo más importante es que pasan un año trabajando con dirigentes de otras tres ciudades para tratar problemas relativos al uso del suelo y para forjar relaciones que seguirán siendo un recurso en el futuro”.
Este programa también ayuda a los responsables de las ciudades a mejorar sus relaciones con el sector privado. “No basta con que los responsables de las ciudades se comporten como si los desarrolladores del sector privado fueran avariciosos en busca de beneficios porque son los que van a construir el desarrollo necesario en la comunidad. Es vital considerar que existe una relación bidireccional y una auténtica alianza”.

El interés que Zimbabwe tiene en ayudar a los políticos a comprender las ventajas que supone un diseño de calidad es anterior a los puestos que actualmente desempeña. En este breve vídeo nos describe cómo el poder del buen diseño urbano puede servir de ayuda para todos aquellos que viven en las ciudades, desde ciudadanos de a pie hasta líderes políticos.
El poder del diseño urbano para el futuro de las ciudades
Para Zimbabwe, el desarrollo de mejores ciudades del futuro comienza por desarrollar un mejor liderazgo hoy. Compartir más información sobre lo que hacen otras ciudades y presentar a líderes de ciudades a expertos y compañeros son dos de las opciones que ella y el Centro Rose ofrecen a las ciudades.
Ahí radica la importancia de establecer una visión clara. “El sector público tiene mucho margen para asumir el liderazgo a la hora de establecer la visión de un vecindario”. Actuar de este modo hace que sea más sencillo colaborar de una manera más eficiente con los desarrolladores del sector privado para hacer realidad esa visión. No obstante, para establecer esa visión se necesita la participación del sector público.
“Los ciudadanos tienen un papel esencial con la participación en el diseño de sus comunidades. A la hora de dar forma a su entorno, ellos son los que de verdad saben qué elementos van a ser útiles o no. El papel real de los profesionales es averiguar cómo equilibrar la información técnica y las aportaciones de la comunidad e intentar encontrar una solución que satisfaga a todas las partes: ese es el verdadero objetivo”.

Colaborar es la mejor de las esperanzas
Zimbabwe es consciente de que las ciudades tienen que hacer frente a muchos retos, incluido “controlar las emisiones de gas invernadero, que las viviendas sean asequibles, el transporte ineficiente, la desigualdad y el desplazamiento”. Pero las ciudades también son su fuente de inspiración: “Si podemos trabajar para mejorar o paliar algunos de estos problemas, seremos capaces de conseguir que más gente pueda disfrutar de las ventajas que tiene vivir en las ciudades, lo que supondrá una mejora de la especie humana y el planeta”.
Zimbabwe cree claramente en el futuro de las ciudades, y está trabajando de una manera diligente y creativa para que sean el mejor lugar para trabajar y vivir.
Su trabajo con el Centro Rose, la Liga Nacional de Ciudades y el Urban Land Institute complementa y potencia el trabajo de innumerables organizaciones del sector público y privado del mundo, entre las que se incluye thyssenkrupp Elevator.

Image Credits:
Toronto City Scene, photo by Matt Quinn, taken from unsplash.com
New York City fence, photo by Matteo Catanese, taken from unsplash.com
Grand Central Station, photo by Anton, taken from unsplash.com
Los Angeles City Scene, photo by Owen CL, taken from unsplash.com